Señor Emperador

Señor Emperador de Japón:

Como Presidenta de la Nación Argentina, deseo expresarle, en nombre de mi pueblo y en el mío propio, el más profundo dolor por los acontecimientos que está atravesando su país.

En una muestra de solidaridad, ofrecemos a los habitantes que se encuentren en peligro de vida y a todos los japoneses que lo deseen, la posibilidad de habitar nuestra tierra. En particular, la provincia que he adoptado como propia: Santa Cruz. Tierra, agua y aire puros, en grandes cantidades.

A su disposición están nuestra buena voluntad, nuestra solidaridad, nuestra extensión territorial, nuestros mares, nuestros ríos, nuestras montañas. En fin, nuestra apertura a recibir con brazos abiertos a un pueblo que nos es tan lejano, pero tan cercano a la vez.

¿Qué pedimos a cambio? Pedimos que nos den la educación para no robar. La paciencia para esperar. La estoicidad para soportar. La inteligencia para no especular con el dolor ajeno. La humildad para no creernos mas que el otro. Pedimos muy poco para ustedes. Y mucho para nosotros.

Creo que es un trato que puede beneficiarnos mutuamente. Ahora, y en muchos años por venir.

Lo saluda desde el corazón,

Cristina Fernández de Kirchner,

Presidenta de la Nación Argentina