Los tres años transcurridos desde que Juan Domingo Perón iniciara su segundo mandato hasta su abandono del gobierno quedarían registrados en la vida argentina como la más fantástica seguidilla de errores políticos cometidos por un gobernante. El afán por construir un régimen omnímodo terminó por encerrarlo en un laberinto de obsecuencias que distrosionó su visión de la realidad. Esto le hizo suponer -entre otras cosas- que podría comprar a todos los opositores. O destruírlos. (...) Pero tanta acumulación de poder lo condujo al derrumbe. Y su régimen, que parecía invulnerable, estalló por saturación.
Hugo Gambini: "Historia del Peronismo. La obsecuencia (1952-1955). Ed. Planeta, Bs. As., 2001"
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